Con esta mítica frase de Matrix podría resumir lo que fue ayer la primera incursión en el uso de la Pizarra Digital Interactiva en el Aula. Después de años teorizando y enseñando a docentes a utilizar este recurso ha sido la primera vez que la he utilizado con alumnos. De primero de la ESO para ser más exactos. Resumen: una de cal y otra de arena. Lo que es el apartado del funcionamiento y de su integración metodológica no ha estado mal: los alumnos han estado atentos cuando he utilizado la PDI (los últimos veinte minutos de la clase). Además han querido salir todos a realizar la actividad interactiva que la presentación que les he puesto tenía en la última 'diapositiva'. Lo malo ha sido lo intempestivo de la hora: la última de un viernes. El revulo al incio de la sesión debido al cambio de aula y mientras calibraba la pantalla y arrancaba el ordenador han sido notorios. Pero luego se ha visto compensado. La duración del uso de la PDI ha sido correcta para ser la primera vez, y además se ajustaba a los contenidos que quería presentar. Para la próxima semana planificaré dos sesiones para usar la PDI en clase no sólo para presentar contenidos, sino para que los alumnos salgan y realicen varios ejercicios.
Ya contaré.
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